La
primera prevención empieza con la lactancia materna.
Según el estudio
clínico presentado en Science Direct por
el Departamento de Pediatría de la Universidad Industrial de Santander,
Bucaramanga, Colombia (16 de febrero
2009), titulado: "Influencia de
la lactancia materna y alimentación en el desarrollo de alergias en niños",
el dar de manera exclusiva lactancia materna a un niño durante los tres
primeros meses o más, es un factor protector para las ENFERMEDADES ALÉRGICAS.
El lactar menos
de tres meses, independientemente de si es de manera exclusiva o no, es un
factor de riesgo para desarrollar enfermedades alérgicas. Las alergias
valoradas fueron: asma, rinitis y
dermatitis atópica.
Puede ocurrir que
en niños con antecedentes de padres con alergias varias y que solo toman
lactancia materna, aparezcan las primeras manifestaciones alérgicas cutáneas.
En estos casos, se recomienda un régimen estricto de la madre lactante. Se
aconseja que la madre se abstenga de tomar ciertos alimentos potencialmente
alérgicos, como son la leche de vaca, huevos y pescado. La razón es que trazas
de proteínas de estos alimentos se encuentren en las secreciones lácteas y
estas proteínas pueden sensibilizar al lactante. Si durante este período
detectamos que el lactante se ha sensibilizado a otro alimento, recomendaremos
que se elimine el alimento de su dieta.
¿Cómo evitar la carencia de calcio por la exclusión de la leche
de vaca?
Consumir:
higos, verduras de hoja verde (espinacas,
acelgas) sésamo, legumbres, frutos secos.
¿Cómo evitar carencias proteicas y de ácidos grasos W3 por
exclusión del huevo y el pescado?
Consumir:
pollo, pavo, ternera, legumbres mezcladas con cereales o arroz, soja y sus
derivados, bebida de soja enriquecida en calcio, tofu, seitan, nueces, semillas
de lino, complementos alimentarios con W3, levadura de cerveza (rica en vitaminas del grupo B), etc.
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