¿Por qué y cómo alimentar al cerebro?
Existen
evidencias científicas que demuestran que:
Una dieta
equilibrada potencia el coeficiente intelectual en niños y reduce la
probabilidad de desarrollar pérdida de memoria, demencia, Alzheimer y/o
depresión en la edad adulta.
Una dieta pobre
en ácidos grasos esenciales, asociada con elevados contenido de azúcares
simples y alimentos procesados en la infancia temprana, puede asociarse con
pequeñas reducciones en el coeficiente intelectual en la infancia tardía.
Hay asociación
entre dietas altas en grasas saturadas, colesterol y azúcares simples y el
desarrollo de demencia.
Pautas dietéticas para alimentar bien al cerebro y gozar de
buena memoria:
- Bebe abundante
líquido a lo largo del día, en forma de: agua, infusiones, caldos de verduras,
gelatinas sin azúcar…
- No abuses de las
bebidas excitantes como el café o las colas.
- Todos los
alimentos a excepción de la carne, pescado y huevos contienen azúcar de forma
natural, si deseas realzar más su sabor dulce, usa: miel, melazas de arroz de
caña, azúcar moreno, estevia o sirope de agave, concentrado de manzana.
- Usa aceite de
oliva virgen de primera presión en frío.
- Preferentemente,
elimina: azúcar blanco, repostería, bollería, cereales refinados, pan blanco,
arroz, pasta blanca, embutidos, chips, salsas comerciales y alimentos con
grasas saturadas.
- Reduce la
cantidad de sal, usa hierbas aromáticas, especias así como un sustituto de la
sal como es el Symbisal. Evita
consumir platos precocinados, “cubitos”
para potenciar el sabor de sopas y caldos, salsas comerciales…
- Introduce en la
comida del mediodía y en la cena VERDURAS
crudas y cocidas, en forma de plato principal o guarnición.
- Elige la fruta y
la verdura de la TEMPORADA que
procedan de cultivos locales o ecológicos.
- Usa tecnologías
culinarias suaves tipo al vapor, a la plancha, brasa, parrilla, hervido, al
papillote, wok, al horno, estofados de carne, de verduras con caldos desgrasados.
Hábitos de vida saludables:
- Planifica bien
la jornada: horas de comida,
descanso, sueño nocturno, estudio, recreo, actividad física…
- Potencia el
descanso nocturno. Esta es la única manera de estimular y regenerar
el cerebro, contrariamente a lo que se piensa, con el consumo abusivo de
excitantes como el café y el tabaco. En caso de dificultad para conciliar el
sueño nocturno, ayúdate con plantas relajantes como la avena, valeriana,
manzanilla...
Practica:
- Ejercicios de
relajación y meditación como el
yoga, el taichí, chi-kung… Estas técnicas te proporcionarán conexión entre
cuerpo y mente, fomentando la búsqueda interna de recursos para afrontar retos,
metas y dificultades en la vida diaria, junto a un mayor control emocional.
- Actividad física
regular. Ésta potencia la relajación mental y fisiológica.
- Actividades
recreativas como: la lectura,
hacer crucigramas, sudokus puzles, actividades al aire libre, paseos,
relaciones sociales. Todo ello activa la mente.
- Come cada 3 o 4
horas. Esto se lleva a cabo haciendo, como mínimo, 5 comidas
diarias: desayuno, media
mañana, comida, merienda y cena.
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