Seguramente, si
eres papá o mamá, en más de una ocasión habrás oído a tu peque decirte que ve
monstruos en la habitación y que alguno se esconde en su armario.
Los adultos
sabemos que los monstruos no existen porque se desvanecen cuando dejamos de ser
niños pero para ellos los monstruos son seres terroríficos que asuntan y mucho.
Hay que tomar en serio lo que nos dicen los niños, no vale decirles que los
monstruos no existen o que verlos es una tontería.
El miedo no solo
no es una banalidad, es la oportunidad de aprender a enfrentarse a lo
desconocido. Y, ayudar a los más pequeños a gestionar las emociones, una de las
principales tareas de ser padres.
Entonces ¿qué podemos hacer cuando nuestro peque nos dice que le asusta
el monstruo que ve en su habitación? Sin
duda, estar a su lado para vencer al monstruo y para ello no nos queda otra que
conocerlo.
La emoción del
miedo es una de las más poderosas, desarrolla la capacidad de ser prudente y
ofrece la posibilidad de fomentar la valentía.
Tanto una como otra son condiciones necesarias para asentar las bases de
una personalidad fuerte y sólida desde dónde crecer. También el miedo es la emoción que permite,
en los primeros meses de vida, activar la curiosidad necesaria para
enfrentarnos a lo desconocido y aprender de ello.
Cuando los niños
son muy pequeños para despertar la curiosidad necesitan sentirse seguros y su
muñeco preferido puede ser un elemento de protección que les ayude a sentirse
más tranquilos y confiados. Cuando son
más mayores para la curiosidad hará falta un plus de valentía, por ello será
conveniente animarlos a que nos hablen del monstruo, de cómo es, dónde se
esconde, seguro que es terriblemente feo!
Podremos juntos plantarle cara, decirle que se marche porque no nos va a
poder hacer daño. Si el monstruo es muy poderoso, lo podremos dibujar para
luego destruirlo.
Los niños
necesitan ser escuchados y comprendidos.
Escuchar que hay un monstruo en el armario, comprender que esa visión
forma parte de su proceso evolutivo nos dispondrá a actuar de la manera más
oportuna ante su comportamiento y ayudarle a gestionar óptimamente la emoción
del miedo. En “KASH-LUMN
Family Care” acompañamos a las
familias que lo precisen en ese proceso.
Todo comportamiento nos habla de una emoción, cuando podemos escucharlo
y comprenderlo, dar una respuesta adecuada se convierte en una emocionante
aventura.
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