¿Qué
relación tiene la autoestima y el enfado? Cuando nuestro
hijo muestra los primeros síntomas de enfado quizás nos alertamos pensando que
será un niño malhumorado, tal vez nos sentimos algo culpables al pensar que
algo que estamos haciendo le inoportuna, casi seguro nos preocupa no saber cómo
tratar ese comportamiento.
El enfado es una
emoción que se desencadena en el momento que aparece una sensación de
impotencia ante un hecho o deseo. Si
quiero coger una pelota y no puedo, me enfado.
Si me dispongo a andar y me caigo, me enfado. Si espero de mamá que me compre una chuche y
no la obtengo, me enfado. Y así… cuando se pone a prueba nuestra capacidad
volitiva y fracasa, nos enfadamos ya que nos conecta con la impotencia y por
ello con los propios límites. En los
primeros años de vida esta situación es dramática ya que los bebés nacen con un
sentimiento de omnipotencia sobredimensionado por las experiencias uterinas
dónde lo tienen todo.
La autoestima se
basa en la confianza que tenemos sobre nosotros mismos y nuestras
capacidades. Por ello atender las
primeras experiencias de impotencia es la garantía para establecer unos pilares
sólidos en los que se asiente y crezca la autoestima. Y en ello adquiere una gran importancia el
enfado y cómo aprender de él.
Veamos
un ejemplo, observemos a un bebé dando
sus primeros pasos, deberá caerse y levantarse un montón de veces hasta que
adquiera el equilibrio suficiente para moverse con seguridad. Si nuestro bebé
no se enfadara no podría volverlo a intentar.
Enfadarnos nos da la fuerza necesaria para ser perseverantes, buscar
estrategias para conseguir lo que queremos y explorar los límites de nuestras propias
capacidades. Todos sabemos que un bebé,
tarde o temprano, aprenderá a andar. Nuestra confianza en él le ayudará a
confiar en sus propias capacidades.
También saber que si se enfada es porque se pone a prueba nos dará la
posibilidad de animarlo en lugar de reprocharle su comportamiento.
Ahora pensemos en
los lloros cuando no consigue su chuche preferida, explicarle que es normal que
se sienta enfadado y que conseguirá lo que quiere aprendiendo a esperar u
ofreciéndole otras alternativas le dará la oportunidad de interiorizar normas y
límites que afianzarán su seguridad y autoestima.
Comprender los
comportamientos infantiles y actuar adecuadamente ante ellos es unos de los
objetivos de KASH-LUMN
Family Care. Ser padres puede
ser una aventura apasionante si escuchamos a los hijos desde la calma y
observar, entender el enfado se convierte en la oportunidad de fomentar su
autoestima.
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