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martes, 30 de julio de 2013

“CRIANZA EMOCIONALMENTE SALUDABLE” – ENFADARSE, PRIMER PASO PARA CRECER EN AUTOESTIMA

¿Qué relación tiene la autoestima y el enfado? Cuando nuestro hijo muestra los primeros síntomas de enfado quizás nos alertamos pensando que será un niño malhumorado, tal vez nos sentimos algo culpables al pensar que algo que estamos haciendo le inoportuna, casi seguro nos preocupa no saber cómo tratar ese comportamiento.


El enfado es una emoción que se desencadena en el momento que aparece una sensación de impotencia ante un hecho o deseo.  Si quiero coger una pelota y no puedo, me enfado.  Si me dispongo a andar y me caigo, me enfado.  Si espero de mamá que me compre una chuche y no la obtengo, me enfado.  Y así…  cuando se pone a prueba nuestra capacidad volitiva y fracasa, nos enfadamos ya que nos conecta con la impotencia y por ello con los propios límites.  En los primeros años de vida esta situación es dramática ya que los bebés nacen con un sentimiento de omnipotencia sobredimensionado por las experiencias uterinas dónde lo tienen todo.


La autoestima se basa en la confianza que tenemos sobre nosotros mismos y nuestras capacidades.  Por ello atender las primeras experiencias de impotencia es la garantía para establecer unos pilares sólidos en los que se asiente y crezca la autoestima.  Y en ello adquiere una gran importancia el enfado y cómo aprender de él.


Veamos un ejemplo, observemos a un bebé dando sus primeros pasos, deberá caerse y levantarse un montón de veces hasta que adquiera el equilibrio suficiente para moverse con seguridad. Si nuestro bebé no se enfadara no podría volverlo a intentar.  Enfadarnos nos da la fuerza necesaria para ser perseverantes, buscar estrategias para conseguir lo que queremos y explorar los límites de nuestras propias capacidades.  Todos sabemos que un bebé, tarde o temprano, aprenderá a andar. Nuestra confianza en él le ayudará a confiar en sus propias capacidades.  También saber que si se enfada es porque se pone a prueba nos dará la posibilidad de animarlo en lugar de reprocharle su comportamiento.


Ahora pensemos en los lloros cuando no consigue su chuche preferida, explicarle que es normal que se sienta enfadado y que conseguirá lo que quiere aprendiendo a esperar u ofreciéndole otras alternativas le dará la oportunidad de interiorizar normas y límites que afianzarán su seguridad y autoestima.


Comprender los comportamientos infantiles y actuar adecuadamente ante ellos es unos de los objetivos de KASH-LUMN Family Care.  Ser padres puede ser una aventura apasionante si escuchamos a los hijos desde la calma y observar, entender el enfado se convierte en la oportunidad de fomentar su autoestima.





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