Los panellets como
tal, datan del siglo XVII, cuando se usaban como comida bendecida para
compartir después de las celebraciones religiosas. Se cree que tienen su origen
en el norte de Europa, donde a consecuencia del intenso frío se hacía necesario
un alimento rico en calorías para soportar mejor la larga noche de difuntos,
pero seguramente proceden de la repostería árabe, dada su composición a base de
almendras y la influencia de la cultura árabe.
Al ser una comida
muy energética (como las castañas y
los boniatos que también se consumen ese día) resultaban muy útiles
para comer el Día de Todos los Santos o Día de Difuntos, en los que se tocaban
a muertos en las campanas de las iglesias durante toda la noche, por lo que
gran parte de la población hacía vigilia.
Actualmente los panellets
se han convertido en un producto muy popular que se consume en todas las clases
sociales. Ya en 1807, según cuenta el Baró de Maldà, eran muy populares y se
vendían en la calle.
Hoy en día los panellets
se compran en las pastelerías o se hacen en casa como complemento de una fiesta
para gozar en familia o amigos. También se pueden encontrar panellets
más modernos donde se mezclan los ingredientes más típicos con chocolate,
naranja, pistachos...
Ingredientes
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400 gr. de almendra cruda
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350 gr. de azúcar
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200 gr. de patata
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Ralladura de limón
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2 huevos
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150 gr. de piñones
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150 gr. de almendra picada
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Opcional (coco, chocolate, membrillo...)
Elaboración
Lavamos las
patatas y las cocemos con la piel hasta que queden bien blanditas. Dejamos
templar, pelamos y aplastamos con la ayuda de un tenedor. Añadimos el azúcar, la
almendra molida y la ralladura de limón, mezclamos bien y a continuación añadimos
los dos huevos. Seguimos mezclando hasta obtener una masa fina y homogénea.
Dejamos reposar en el frigorífico unas horas tapado con film.
Cogemos un poco
de masa con las manos, y vamos formando bolitas de un tamaño medio/pequeño, que
pasaremos por clara de huevo e iremos pegando los piñones.
Este proceso es un poco costoso de hacer, ya
que cuesta conseguir que los piñones se adhieran a la masa. No tenemos que
tener miedo de toquetear bien los panellets e incluso apretar contra él los
piñones para que se peguen. Cuando los tengamos, los iremos colocando en una
bandeja de horno cubierta con papel de hornear, y los pincelaremos con yema de
huevo.
De la misma forma
que elaboramos los de piñones, podemos hacer los de almendra. También podemos
hacer de coco o chocolate, y lo único que hay que hacer es añadírselo a la masa
antes de darles forma.
El último paso es
darles un golpe de horno a unos 170ºC durante no más de 10 minutos. Se trata
solo de dorarlos. ¡Si nos pasamos quedarán muy secos!
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