Descubre todas sus propiedades
El tomate
es una de las hortalizas que nos recuerda más el verano. Además, su sabor entre
ácido y dulce lo convierte en un alimento muy versátil en la cocina.
Es uno de los
alimentos más bajos en calorías, ya que apenas aporta 20 calorías por 100
gramos, en comparación al espárrago que aporta unas 23 calorías los 100g. Esto
es debido a que casi el 94% de su peso es agua.
Contiene una
pequeña porción de carbohidratos (3,54%),
proteínas (0,85%), y grasas (0,33%). El valor nutricional del tomate
destaca por su composición en vitaminas, minerales y en las sustancias no
nutritivas, como es el licopeno, de gran importancia para gozar de buena salud.
En cuanto a
vitaminas, la más abundante es la vitamina C (19,1mg/100g), cantidad inferior a la naranja (53,2mg/100g) pero suficiente para hacer de él un buen
antiescorbútico. Un tomate de 100g, cubre 1/3 parte de las
necesidades de vitamina C al día.
Contiene
vitaminas del grupo B en concreto la B1, B2, B6, niacina y folatos. La
provitamina A está presente pero en menor proporción que en la zanahoria. Entre
los minerales, destacar el potasio que le otorga la propiedad diurética y
depurativa. También cabe destacar el contenido en hierro: un tomate de 180 g de
peso, contiene el mismo hierro que un huevo de un tamaño normal (unos 60g), dato que sorprende.
Además,
el tomate contiene otros componentes que,
sin ser nutrientes propiamente dichos, ejercen funciones muy importantes en el
organismo como son:
La fibra soluble presente en la
pulpa e insoluble presente en la sustancia gelatinosa que rodea la semilla; la
fibra le da la propiedad laxante y reductora del colesterol sanguíneo.
El tomate tiene un efecto
alcalinizante del medio debido a su composición en sales minerales, tras su
metabolización contribuya a dejar residuos básicos al medio interno.
El licopeno es un pigmento
vegetal del grupo de los carotenoides. Es el que le da el típico color rojo al
tomate. A diferencia del B-caroteno de la zanahoria, el licopeno no se
transforma en vitamina A.
El consumo de tomate
está especialmente indicado en afecciones de próstata (cáncer de próstata, hipertrofia benigna de la próstata…). Es
depurativo, debido a su acción alcalinizante del medio y muy diurético. Es
interesante en casos de arteriosclerosis, debido a su acción antioxidante,
evitando así la oxidación del colesterol y endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis).
El tomate
a través de su elevado contenido en licopeno, por su acción antioxidante y
protectora de la piel, nos ayuda a prevenir y a salvaguardarnos de los daños
del sol sobre la piel.
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