Parece evidente
que tarde o temprano acabamos aprendiendo a aceptar los avatares que nos depara
la vida. Pensamos que los éxitos nos los merecemos por nuestros esfuerzos y las
desdichas son fruto de la mala suerte o la penitencia por las malas acciones. Así,
la aceptación se convierte en una emoción a la que aplicamos un proceso
cognitivo que nos ayuda a sentirnos en paz.
A veces,
confundimos aceptación con renuncia, resignación, conformismo… cuando la
aceptación es una emoción innata que permite percibir el devenir de los
acontecimientos con calma, para responder adecuadamente utilizando aquellos recursos
con los que contamos. De alguna manera, podemos decir que aceptar es actuar con
juicio, es darnos la oportunidad de aprender de la experiencia. Y, actuar con juicio, aprender de la
experiencia, percibir desde la calma son acciones que requieren la posibilidad
de entender. Si somos capaces de atender aquello que ocurre haciendo posible
que surja su verdadera naturaleza, estaremos entendiendo.
¿Qué
les pasa a los niños? En los niños la aceptación forma parte de su
ser aunque precisan integrar otras emociones vinculadas a la supervivencia,
como el miedo y el enfado, para poder desarrollarla adecuadamente. También será
necesario que aprendan a tolerar la frustración y desarrollar la capacidad de
amor para que afronten el devenir de los acontecimientos de manera consciente y
saludable. Para ello, su desarrollo cognitivo tiene que ser capaz de poder
anticipar, relacionar, imaginar, es decir acciones que tienen a ver con el
pensamiento abstracto que en los niños no aparece hasta pasados los 8-9 años.
Pero, no por
ello, hemos de renunciar a propiciar la emoción de la aceptación en los niños. Entonces
¿qué hacer para que entiendan?
Todo suceso es
una oportunidad de aprendizaje, si somos capaces de transmitírselo a los niños
con nuestro ejemplo, lo entenderán.
Todo hecho trae
consigo una enseñanza, si somos capaces de poner palabras a esa enseñanza, lo
entenderán.
Todo lo que
ocurre, ocurre. Si podemos vivirlo prestando
toda nuestra atención, les ayudaremos a aprender que las cosas son como son.
Para KASH-LUMN Family Care cada niño, cada familia, cada situación es única, por ello
ayudan a los padres a entender los comportamientos de los hijos como la
oportunidad de aprender a crecer juntos.
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