Ubicado en una de
las calles más elegantes y exclusivas de Chamberí, La Pilla de Almagro se ha
convertido en su poco más de un año de vida, en un punto de referencia para los
foodies de la zona.
Con una atractiva
carta internacional, sabiamente salpicada de toques mediterráneos, una
cuidadísima materia prima y una decoración desenfadada y original, cuenta con
dos plantas en las que disfrutar de su amplísima y original oferta gastronómica
y coctelería.
La Pilla de Almagro es
la materialización del sueño de cinco socios, con el chef Andy Bryson a la
cabeza, quienes llegaron al proyecto de la mano de una amiga común y en honor a
la cual, bautizaron con este nombre el restaurante. Desde su exquisita carta
hasta la decoración, todo es un fiel reflejo del trabajo en común de todos
ellos.
Una carta tan ecléctica como sus ambientes diferenciados
El local, a punto
de inaugurar una amplia terraza cubierta, está dividido en dos plantas. La de
arriba es de inspiración industrial, estilo almacén remodelado y muy casual,
mientras que la de abajo posee una singular combinación de calidez y frescura
basada en los colores del Mediterráneo. La suma de ambas, consigue que La Pilla de
Almagro resulte tan atractivo
como acogedor, adecuado tanto para cenas con amigos como para íntimas celebraciones
en pareja.
Por lo que respecta
a la cocina, podemos asegurar que la extraordinaria calidad de la materia prima
y la ecléctica miscelánea de platos tradicionales y últimas tendencias
internacionales, no dejará indiferente a nadie.
Aunque no se trata
de una carta especialmente extensa, sí tiene una amplia variedad gastronómica.
En ella es posible encontrar platos de vanguardia como el tartar de atún rojo
con vinagreta de chile, jengibre y mirin, gel de papaya y tomatitos marinados o
baos de confit de pato y foie con salsa hoisin, junto con los convencionales callos
caseros de La Finca de Jiménez Barberó o las croquetas caseras de jamón
ibérico.
Tras los entrantes,
pensados para compartir y que en muchos casos se pueden disfrutar en medias
raciones, encontramos unas increíbles hamburguesas de carne de buey asadas en
horno de carbón, que personalizan al gusto de cada comensal con los más
variados ingredientes: bacon, cheddar, huevo frito, jalapeños, foie, trufa o
guacamole son sólo algunos ejemplos.
Además, ofrecen su
impresionante Burger Short Rib, preparada con carne de costilla de ternera
asada en horno de carbón, durante 24 horas y marinada en salsa bourbon y
servida con bacon, jalapeños y cheddar.
El resultado es una
carne melosa, jugosísima, con un toque ahumado y que prácticamente se deshace
en la boca. Los generosos cortes de carne procedente de La Finca son todo un
must en La
Pilla de Almagro.
El singular Tomahawk
de aproximadamente un kilo y medio de lomo alto con hueso, en forma de hacha, o
el chuletón de alrededor de un kilo con 45 días de maduración en las
instalaciones de La Finca, son algunas de sus propuestas más carnívoras.
Tartas y más tartas, entre lo más dulce
Como colofón, vienen
los postres donde las tartas son las grandes protagonistas. Destacan la vistosa
Red Velvet, muy suave, esponjosa y con el punto justo de crema para no resultar
empalagosa, y el tarro de banoffee de plátano, un pie inglés reinventado y que
dicen que era el dulce favorito de Diana de Gales.
La oferta non stop
de La Pilla
de Almagro se completa con los
desayunos y el aperitivo para continuar tras la comida con el ambiente
afterwork, las copas y sus deliciosos cócteles. Todo ello en la mejor zona de
Chamberí, a un paso de la plaza de Alonso Martínez, en la que disfrutar de una
atmósfera desenfadada y distendida, sin agobios.
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