Lo bueno de las semillas de chía,
además de todas sus propiedades beneficiosas para la salud, es lo fácil que se
adaptan a casi cualquier receta: en yogur con fruta, en smoothie, en ensalada,
en un wok con verduritas, etc.
Las semillas de Chía: un superalimento
Contienen un alto
contenido en aceites saludables, además de otros nutrientes claves para el organismo:
antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y fibra. Son un alimento
completo. Un complemento alimenticio que se consume en todo el mundo.
700% más Omega-3 que el salmón del atlántico
100% más fibra que cualquier cereal en hojas
800% más fósforo que la leche completa
500% más calcio asimilable que la leche
1400% más magnesio que el brócoli
100% más potasio que los plátanos
200% más hierro que la espinaca
300% más selenio que el lino
Tiene un efecto saciante
Posee más antioxidantes que los arándanos
Aporta todos los aminoácidos esenciales
Es el vegetal con más alto contenido en Omega-3
La cantidad de
ventajas de tomarlas se enumeran a continuación en esta lista, son muchas y
variopintas, basta con echarles un vistazo para que nos quede muy claro que
merece la pena incluirlas en nuestra dieta.
Ventajas de las semillas de Chía
La Chía es la mayor fuente vegetal de ácidos grasos Omega-3.
Contienen antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas,
minerales y fibra.
Aportan proteínas muy importantes para personas vegetarianas.
La semilla de Chía no contiene gluten.
Se pueden consumir solas o incorporadas a otros alimentos.
Es un producto de origen vegetal.
No tienen sabor ni olor.
Aporta energía a quien las consume.
Ayudan a controlar los niveles de colesterol y la tensión
arterial.
Facilitan la digestión, mejoran el transito intestinal.
Tienen efecto saciante. Ayudan a controlar el apetito.
Colaboran en el mantenimiento de una buena salud cardiovascular.
Ayudan a mejorar la salud del sistema nervioso e inmunológico.
Favorecen el desarrollo muscular y la regeneración de tejidos.
Mejoran la actividad cerebral y ayudan en problemas emocionales.
Ayudan a controlar los niveles de azúcar. Aporta beneficios para
diabéticos.
Tienen un bajo contenido en sodio.
Pueden consumirlas personas de todas las edades.
Cómo consumirlas
Para consumir las semillas de Chía hay que seguir unos pasos muy
sencillos:
Se colocan entre
dos y cuatro cucharadas de semillas en un vaso con agua, zumo u otra bebida.
Se remueven con una cucharilla para que entren en contacto con el líquido y se dejan entre 15 y 30 minutos.
Debido a la fibra
soluble que contiene la semilla y debido también a su capacidad de absorción de
líquido, se formará un gel que se tomará junto con las semillas transcurrido el
tiempo de espera.
Al mezclarlas con
agua, y dejarlas entre 15 o 30 minutos, el vaso parecerá que no contiene
semillas con agua, sino una gelatina casi sólida. Esta reacción que genera el
gel se debe a la fibra soluble presente en la Chía.
Además…
La semilla de
Chía también se puede consumir con leche, leches vegetales, yogurt, ensaladas,
frutas, salsas, sopas, cremas, verduras, etc. También se puede incorporar,
tanto entera como molida, a panes, galletas, barritas energéticas o repostería.
A tener en cuenta:
No tienen sabor
ni olor. Para aprovechar al máximo sus nutrientes es mejor consumirla molida.
Se puede tomar a
cualquier hora del día, mejor antes de las comidas.
Se recomienda un
consumo entre 10 y 25 gramos de semillas de Chía al día.
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