El pasado viernes vivimos la
final de la Copa del Rey entre el F.C. Barcelona y el Athletic Club de Bilbao.
Aparte del resultado (ganó el Barça 3 a
0), lo que realmente me gustó fue el comportamiento del público, “silbidos al himno aparte”. Antes de la
final las aficiones convivieron pacíficamente por las calles de Madrid,
haciéndose fotos entre ellos y hablando amistosamente. Al iniciarse el
partido, las aficiones empezaron a animar con respeto hasta el pitido final. Una
vez concluida la final, estas aplaudieron a los dos equipos, y el
capitán del Barça dio la vuelta de honor con la señera y la ikurriña, en honor
al Bilbao.
No es la primera vez que estos
equipos se enfrentan en una final, sin ir más lejos protagonizaron la del 1984
que acabó en tangana, pero años más tarde se arregló la situación, y en 2009 ya
disfrutamos de un agradable encuentro.
Futbolísticamente hablando, la
final no tuvo color, el Barça fue dueño del partido, tal dominio se plasmó en
goles, ya que en el minuto 24 el resultado era de 3 a 0, a partir de ahí el
conjunto azulgrana jugó a tocar y a no hacer mas daño al equipo bilbaíno, cuyos
jugadores estaban abatidos al final del encuentro después de haber perdido la
segunda final en 13 días.
Desde aquí me gustaría dar
ánimos a la afición del Athletic, ya que es duro perder dos títulos en poco tiempo, pero para perderlos se tiene que
llegar a la final. Por este motivo me gustaría felicitar al Bilbao por su gran
temporada.
Para finalizar desearía felicitar
al Barça por ser el ganador, pero sobretodo a sus jugadores por darle a
Guardiola la despedida que se merecía cerrando el ciclo tal y como lo empezó.
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