Este domingo, tendremos el primer clásico liguero de la temporada, y viene
cargado de polémica; esta vez extradeportiva.
Por lo que se refiere al tema futbolístico, el clásico llega un poco descafeinado, ya que el Barça le saca ocho puntos al Madrid, que es el que tiene la presión de ganar para no ver aumentada la distancia a 11 puntos, lo que supondría una desventaja difícil de remontar.
El problema lo tenemos en lo extradeportivo, ya que el Barça ha preparado un mosaico de la señera que ocupará toda la grada, un gesto para presionar con la independencia de Cataluña, que apoyarán muchos hinchas con la “estelada”, ya que algunos políticos han pedido que la gente acuda al estadio con la bandera independentista; cosa que, personalmente no encuentro bien, ya que el club azulgrana, aunque sea uno de los iconos del territorio catalán, no tiene por qué posicionarse a favor de la independencia, ya que el club es de los socios y no se ha preguntado que piensan sobre este tema.
Otro problema que habrá será la presencia del soldado israelí Gilad Shalit,
que estuvo cinco años secuestrado por Hamás, declarado seguidor culé y al que
el club invitó a ver el partido, pero esta ha desencadenado en una polémica con
las asociaciones propalestinas, que le han pedido al presidente Sandro Rosell
que le retire la invitación, el cual se ha negado; y, a causa de esto, preparan
protestas para el domingo en los aledaños del Camp Nou.
Creo sinceramente, que estas dos situaciones se podrían haber evitado, y más teniendo en cuenta que un clásico ya es caliente de por si.
Lo único que espero es que esto no altere los nervios de la gente, que podamos vivir una jornada futbolística sin problemas y veamos un gran partido sobre el terreno de juego.
MARCEL
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