Estar atentos y
ser plenamente conscientes, segundo a segundo, de nuestros pensamientos y
sentimientos, de nuestro cuerpo y movimientos, de todo nuestro entorno. Eso es meditación.
La meditación
es una herramienta que sirve para introducirnos en nuestro interior y ver
nuestras deficiencias psicológicas, emocionales y físicas. Y, desde el
conocimiento de lo que somos en realidad, comenzar el camino de nuestra propia
recuperación.
Normalmente
vivimos en un estado de tensión y nervios en el que nuestros problemas más
profundos quedan enmascarados por otros sucesos más triviales o también por la
sucesión de los días en un trabajo.
Sin embargo,
tod@s hemos sentido que el aguijón de la insatisfacción altera nuestro
equilibrio emocional sin que sepamos, a ciencia cierta, encontrar el origen
concreto de esa sensación de desasosiego, vacío y malestar.
Sentado
tranquilamente, sin hacer nada, la primavera llega y la hierba crece por sí
sola.
Muchas personas
viven inmersas en el malestar y el sufrimiento y culpan de ello a las
influencias externas. Muchas de ellas están convencidas de vivir en un mundo
hostil y agresivo. Pero, la explicación del comportamiento de las personas que
nos rodean puede entenderse desde nuestro propio comportamiento. Por ejemplo,
si nuestra actitud es permanentemente sumisa y pasiva, es muy probable que
estemos "provocando" con
ello la agresividad de los demás.
Pero, ¿cómo podemos suprimir las carencias del
comportamiento? Desde luego, el simple esfuerzo de la voluntad es
insuficiente, pues los comportamientos humanos suelen estar demasiado
enraizados en la personalidad más profunda.
La meditación
es una forma de acceder al conocimiento de uno mismo y nuestro entorno, poder
así vivir y sentir de una manera adecuada y de esta forma conocer el bienestar.
La mente
Deberíamos
aprender a serenarnos y tomarnos las cosas con mayor tranquilidad si queremos
ser felices y tener buena salud.
Todos tenemos el
mismo problema, se llama "mente".
Como la creación del Dr. Frankestein,
cuando nuestra mente escapa a nuestro control y "actúa por su cuenta", puede ser, como mínimo, una cosa
molesta y, en el peor de los casos, monstruos. En el mejor de los casos, puede
hacer que nos sintamos molestos, tensos, inquietos, incapaces de relajarnos y
disfrutar.
Meditar es experimentar el alivio del
desasosiego y de la cháchara constante de la mente para sentir el silencio y la
paz interior. Hay muchas maneras de lograr esto.
En realidad, "la mente" como entidad no
existe. Si observamos, sólo existe una sucesión de pensamientos que es más o
menos automática. Estos pensamientos surgen como burbujas salidas de ninguna
parte. Algunos nos resultan agradables, otros desagradables y otros neutrales
en contenido de sentimiento. A veces suelen desaparecer casi de inmediato,
otras veces insisten en perdurar en nuestra conciencia, clamando por nuestra
atención o acción, de manera obsesionante o persecutoria. Puesto que el
sentimiento sigue al pensamiento, puede hacernos sentir cualquier cosa, desde
feliz, satisfecho/a o eufórico/a, a deprimido/a o desesperado/a.
Estos
pensamientos que, de buen o mal grado, entran en nuestras cabezas afectan a
nuestros estados de ánimo, y puesto que lo que decidimos y hacemos
habitualmente surge de lo que estamos sintiendo, también afectan a nuestras
acciones y reacciones hacia los demás. Por consiguiente, nuestros pensamientos
nos manipulan como a títeres. Cuando un pensamiento se apodera de nosotros, nos
sentimos excitados; en otras ocasiones somos presa del pánico. Al recordar
viejas ofensas sentimos aparecer la misma antigua ira, como si todo estuviese
sucediendo de nuevo. Nuestros pensamientos nos impulsan: vamos de arriba a
abajo, damos vueltas y vueltas, de un lado a otro como ratones en una rueda de
molino.
El origen de toda
desdicha humana comienza como un pensamiento antes de ejecutarse y de
manifestarse en el plano material. Y la meditación es la única forma que tenemos para
superar el dominio absoluto que nuestro pensamiento tiene sobre nuestra
experiencia y nuestra manera de estar en el mundo.
La esencia de "liberarse del engranaje" es
romper la identificación de nosotros/as mismos/as con nuestros pensamientos
para parecernos menos a robots y dejar de ser conducidos por ellos. Darse
cuenta del ser que vive detrás del pensamiento, de cómo se crea el pensador con
los pensamientos es tremendamente liberador. Conseguimos comprender que no
tenemos por qué ser perturbados por ninguna película de desastres que se
proyecte en la pantalla de la mente, por recuerdos del pasado cargados de
melancolía o fantasías del futuro preñadas de fatalidad. Los problemas pueden
perdurar, pero ahora llegan a ser hechos que tienen que ser manejados, y serán
manejados de manera más eficaz si son vistos con claridad más que a través de
la bruma de sentimientos que suele reunirse en torno a ellos.
La meditación
nos permite ver lo que es real más claramente, experimentarlo más directamente,
responder a ello en forma más apropiada tal como el hecho es ahora, sin ser
perturbados por lo que nos dicen nuestras mentes acerca de lo que podría o
debería suceder, o de lo que aconteció la última vez. Pues nuestras mentes no
están en el aquí y en el ahora, sino que se hayan detenidas en el pasado o en
el futuro. Tal vez lo más importante que la meditación hace por nosotros/as es incrementar
nuestra capacidad para vivir en el momento, realzando nuestra experiencia de lo
que está sucediéndonos. En realidad nos ayuda a "perder nuestras mentes y llegar a nuestros sentidos";
otro modo de decirlo es que nos hace sentir más vivos, más plenamente "aquí y ahora".