Diferencias y algunos tips sobre dos de las manicuras que nunca
pasan de moda.
Decidirnos por
una clase de manicura y esmaltes o por otros, siempre depende de nuestros
gustos personales o de lo que sabemos que mejor nos sienta, influyendo mucho
nuestra personalidad, pues a la hora de elegir entre un tono nude u otro glitter, tan
diferentes, también estamos mostrando una manera de ser y de expresarnos.
La firma
norteamericana ORLY
nos da algunas pistas sobre qué tipo de esmalte nos encaja más y por qué
debemos optar por cualquiera de ambos.
Los esmaltes llamativos, con purpurina y brillos metálicos,
nunca pasan de moda, son los conocidos como glitter,
que puedes ponerte con un acabado más suave si no eres muy de dar el cante,
triunfando los morados y burdeos sobre otros.
En el caso de los nude, se trata de tonos neutros y naturales
cercanos al pastel, que en ocasiones necesitan de
un toque de brillo para realzar nuestra manicura, si bien siempre son
elegantes, sencillos y hasta minimalistas. Dependiendo del tono de piel, se
llevan los rosas pálidos, salmón, beige, amarillos (si es más blanca) o marrones y dorados (si es más oscura).
Begoña
Rodríguez, responsable de formación de ORLY,
nos comenta al respecto:
“Los
glitter los recomendaría siempre en
manicuras más divertidas, alegres y atrevidas, donde se puedan mezclar colores
o dar toques de fantasía para fiestas o eventos señalados, mientras que los nude, suelen ser la opción predilecta de mujeres
de más edad, más clásicas y menos arriesgadas”.
Menos es más (Nude) frente a más es más (Glitter)
Estos son los esmaltes nude que ORLY propone para esta
temporada: Lollipop
(lila), Green With Envy (verde esmeralda), Snowcone (azul helado), Lift The
Veil (rosa pastel) o Lola (rosa chicle). Entre los glitter, su apuesta son Spazmatic
(azul brillante), Sea Gurl (gris metalizado), Goth (negro glitter), Halo (dorado
y plata brillante) y Rage (rosa cobre).
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