Las
semillas contienen todos sus valores nutricionales intactos hasta el momento en
que las consumimos. Es por ello que podemos decir que son “bombas de vida”,
pues guardan en su interior todos los nutrientes para que una nueva planta
pueda nacer y desarrollarse.
Para
poder aprovechar mejor estos nutrientes, podemos hacer germinar la planta. A
los germinados o semillas germinadas se las conoce también como “brotes”. Al
comerlas de esta forma las hacemos también más digeribles. Y si lo hacemos en
crudo para que no pierdan ningún nutriente, mayores beneficios obtendremos (por ejemplo en ensaladas).
En
los países orientales como China es muy frecuente el consumo de germinados.
Prácticamente
se pueden hacer germinar casi todas las semillas:
De
legumbres: lentejas, guisantes, judías…
De
cereales: avena, trigo, cebada...
Oleaginosas: sésamo,
girasol, frutos secos...
De
verduras: cebolla, zanahoria, espinaca, puerro…
Debemos
tener cuidado e informarnos bien cuando queramos obtener germinados de forma
casera, pues algunas semillas germinadas pueden ser tóxicas para el ser humano,
como la judía roja.
Es
conveniente que, ya que vamos a consumir este alimento tan saludable, lo
hagamos de la manera más sana, es decir, utilizando semillas de producción
ecológica que no hayan tenido contacto con pesticidas.
Para
producir tus propios germinados en casa necesitas:
Un
frasco de vidrio de aproximadamente un litro.
Tres
cucharadas de legumbres, granos o semillas de tu elección que no hayan sido
tostadas ni congeladas.
1/2
litro de agua.
Preparación:
Lavamos
las legumbres, granos o semillas y las ponemos a remojar en un frasco con el ½
litro de agua. Cubrimos el frasco con una gasa o tela delgada.
Dejamos
el frasco en un lugar oscuro y cálido, de 9 a 12 horas si se trata de alfalfa o
fenogreco y de 12 a 15 horas si son garbanzos, soja, lentejas…
Pasado
ese tiempo, escurrimos el agua y enjuagamos bien con agua tibia.
En
un lugar cálido y oscuro pondremos el frasco de forma horizontal (inclinado) acomodando los granos a lo
largo del frasco, enjuagando 2 a 3 veces los primeros 3 días y luego una
vez al día.
Mantener
las semillas húmedas y bien oxigenadas, de lo contrario, podría crear hongos el
exceso de agua y moho la falta de aire.
Al
cuarto o quinto día ya se podrán ver los primero brotes. Cuando los brotes
tienen de 2 a 3 centímetros de largo, exponerlos a la luz del sol indirecta
unas 2 horas para que las hojas se pongan de color verde (proceso de la clorofila). Esto favorecerá el aumento
de vitamina C y que tome un sabor más agradable.
Para
conservarlas en buen estado es conveniente guardarlos en la nevera, en un tarro
de cristal con un paño en el fondo. Lo importantes es que se mantengan secos
para evitar que se pudran.
Algunos
beneficios de los germinados:
Favorecen
los procesos de desintoxicación y de depuración del organismo, también de su
posterior eliminación.
Hacen
fuerte el sistema inmunológico.
Combaten
los radicales libres.
Rebajan
el índice de colesterol.
Facilitan
la digestión y favorecen el buen funcionamiento intestinal. Son apropiadas para
personas con el estómago delicado.
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