Cómo
evitar el proceso de la pérdida de hueso
Si te han
diagnosticado un problema de descalcificación, a través de la dieta y haciendo
pequeñas modificaciones a tus hábitos de vida, podrás evitar acelerar el
proceso de la pérdida de hueso.
En la actualidad
se está abusando de las proteínas, los azúcares y las grasas saturadas, con lo
que contribuimos a acidificar el medio interno, fenómeno que acelera los
procesos de descalcificación ósea. Para evitarlo, se aconseja seguir las bases
de la dieta equilibrada, teniendo en cuenta el concepto de “acidificación y basicidad” y asegurar
el contenido en calcio, vitamina D…
Pautas dietéticas
1. Consumir entre 2 y 3
raciones de pescado azul a la semana (sardinas,
caballa, atún, salmón…)
2. Aumentar el consumo de
frutas y verduras en la dieta. Éstas contienen micronutrientes y sustancias no
nutritivas que contribuyen en la mejora de la densidad ósea.
3. Limitar a una ración al día
el consumo de carne, pescado y huevos, en un máximo de 200g al día. Dar preferencia
a las proteínas vegetales tipo tofu, seitán, soja, legumbres con cereales.
4. Cocinar las legumbres sin
carne ni pescado y combinarlas con un cereal tipo quínoa, arroz…
5. Reducir o
preferentemente eliminar el consumo de embutidos, bollería y dulces
industrializados, por su elevado aporte en grasas saturadas, trans y azúcares
simples.
6. Introducir las algas
marinas en las ensaladas y caldos de verduras por su riqueza en calcio.
7. Reducir la cantidad de
sal y las comidas preparadas.
8. Usar aceite de oliva
virgen para cocinar y aliñar los platos.
9. Usar tecnologías
culinarias suaves, con poca grasa, tipo asado, plancha, vapor o hervido.
Estilo
de vida
10. Asegurar la exposición
solar entre 10 y 15 minutos en brazos y cara.
11. Reducir el peso en
caso de tener sobrepeso y/o obesidad.
12. Tener una vida activa,
caminar, hacer ejercicio tipo yoga, pilates, de elasticidad, subir escaleras…
Alimentos a potenciar (ordenados de mayor a menor
cantidad)
Ricos en calcio: sésamo,
tahin, sardinas comidas con la raspa “de
lata”, soja en grano, germinados, frutos secos, leche de oveja, queso
fresco, higos, yogur, cuajada, garbanzos, pulpo, caracoles, soja texturizada, leche
de cabra, de vaca, achicoria soluble, berza, brócoli, col, algas marinas.
Ricos en vitamina D: Salmon,
caballa, atún, sardinas, pipas de girasol, yema de huevo, hongo Sitake, bebidas
enriquecidas con vitamina D.
Si el tema te interesa, sigue leyendo…
Los alimentos, tras
su metabolización en el organismo, se transforman en ácidos obásicos.
Los alimentos que
se comportan como ácidos, acidifican el medio e inducen a la descalcificación
ósea. Los alimentos básicos contribuyen a mantener un ph óptimo.
Las dietas muy
ácidas desequilibran el organismo y desmineralizan el organismo.
Para evitar
estados de acidificación orgánica, la relación de los alimentos ácidos y
alimentos básicos, en la misma comida, debe ser: 1 alimento ácido mezclado
con 2 alimentos básicos o ningún alimento ácido y 2 de básicos.
Alimentos ácidos: carnes,
pescados, embutidos, fiambres, vísceras, mariscos, crustáceos, huevos, quesos
muy curados, mantequillas, margarinas, cereales y alimentos confeccionados con
base de cereal tipo: pan, pastas, bollería…, azúcar refinado, café, té,
alcohol.
Alimentos básicos: Verduras
de hoja verde, crudas o cocidas, todas las hortalizas, patata, frutas,
cítricos, almendras y nueces, castañas, bebida de almendras, frutos disecados
tipo uvas pasas, ciruelas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario