Con el objetivo
de olvidarnos de la palidez y sequedad de nuestra piel en invierno, Jade Organic
Beauty lanza en estas fechas un
nuevo tratamiento que proporciona un bronceado uniforme, bonito y natural con
ese halo dorado que sólo se consigue en la playa. Su principal secreto, el
aceite de Monoï.
Típico de la
Polinesia francesa, el aceite de Monoï se obtiene de la maceración de las
flores de Tiare en aceite refinado de coco. Está considerado como un aceite
sagrado en la Polinesia, y se usa tanto para hidratar como para nutrir, reparar
y proteger la piel, gracias a sus propiedades cosméticas y su perfume único, un
verdadero producto de tratamiento y eficacia natural.
El proceso en sí
ya es toda una experiencia orgánica muy agradable, de la que obtenemos un tono
dorado en la piel sin necesidad de tomar el sol, relajándonos con un masaje
exfoliante y despertando con la piel ya bronceada y como nueva.
Cuando hablamos
de auto-bronceado, es fundamental hidratar y exfoliar previamente, es uno de
los pasos clave en su aplicación, en especial la exfoliación para eliminar las
células muertas y preparar la piel de cara q que el bronceado sea más uniforme.
De igual modo, aconsejamos hacerlo antes de la primera exposición solar, nunca
el mismo día porque la piel podría irritarse (es suficiente un par de días antes).
Paso 1. Peeling
integral seguido de un cuidado ultra hidratante. La exfoliación, de sales y
aceites con textura adecuada para la sequedad de cada piel, eliminando células
muertas, renovando, suavizando y aportando tersura y luminosidad, creando una
superficie más uniforme, pero también nos ayudará después a potenciar y
embellecer el tono, que se mantendrá inalterable durante más tiempo.
Paso 2. Continuaremos
con una ducha para retirar los restos del exfoliante y pasar después a aplicar
el autobronceador al Monoï de Tahití, de
forma manual y con un masaje suave y muy agradable, con producto orgánico que incorpora
propiedades antioxidantes y anti-edad, aportando también un color muy natural y
dejando una piel radiante.
Paso 3. Tras
un suave y preciso masaje, esperamos unos minutos en la camilla para que seque
y podamos contemplar el objetivo deseado: una piel más hidratada, bronceada y
preparada para enfrentarse a los verdaderos efectos solares.
C/ Fernán González, 60 (Madrid). También en la calle Andrés
Mellado, 3 (Madrid) dentro del Instituto Kors.
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