Los alimentos
genéticamente modificados son aquellos que han sufrido una alteración de
su ADN, permitiendo así crear mutaciones que poseen características precisas y
predeterminadas. Contrariamente a los alimentos naturales, que crecen en los
campos, este tipo de alimentos está modificado en laboratorio, lo que
posteriormente afecta al producto y a la recolección.
Los alimentos
transgénicos han sido creados gracias a la biotecnología, una técnica que
permite transferir el gen de un organismo a otro con el fin de dotarlo de una
cualidad especial que no posee de forma natural. Hoy en día, existen pocas
carnes que hayan sufrido modificaciones genéticas. En cualquier caso, la
mayoría de los alimentos transgénicos que consumimos son de origen vegetal,
como las frutas, las semillas y los cereales.
Al comienzo,
modificar los alimentos parecía ser una buena idea de la que se beneficiaban
los consumidores, regulaba los problemas del hambre en el mundo, y favorecía la
agricultura. En cualquier caso, con los años, varios estudios han demostrado
que este tipo de alimentos modificados eran peligrosos para la salud y hacían
daño a la industria agrícola.
Además, todos
estos inconvenientes se han transformado progresivamente en un problema social,
resultando una oposición entre aquellos que imponen estos productos y los que
quieren conservar los alimentos naturales.
Tras largos años
de estudio y de experimentos, los efectos negativos existentes sobre la salud
han podido ser constatados.
Aparición de
nuevas alergias. Estos alimentos contienen nuevas toxinas y alérgenos que
tienen un impacto negativo sobre el organismo.
Aparición
de genes resistentes a los antibióticos en las bacterias patógenas para el
organismo. Esto quiere decir que ciertas bacterias son bastante fuertes para
ser inmunizadas contra ciertos medicamentos.
Aumento de la
contaminación de los alimentos debido a un uso intensivo de productos químicos
a lo largo del proceso agrícola. Un estudio llevado a cabo en Austria ha
demostrado que los alimentos transgénicos reducen la fertilidad. La
experiencia realizada con ratones ha demostrado que los que eran nutridos con
maíz transgénico eran menos fértiles que los que consumían maíz natural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario