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miércoles, 4 de junio de 2014

REFORZAR LAS DEFENSAS EN PRIMAVERA


Con la llegada de la primavera y los cambios de temperatura somos más propensos a padecer infecciones y resfriados. Unos hábitos saludables y una prevención adecuada son vitales en esta época.


Nuestro sistema inmunitario está formado por células (leucocitos), tejidos y órganos que actúan de forma conjunta para proteger nuestro cuerpo de los microorganismos patógenos y las sustancias nocivas que pueden poner en riesgo nuestra salud.


Cuando se produce una infección, nuestro sistema inmunológico se pone en marcha para identificar y eliminar a los agentes causantes de la misma: virus, hongos o bacterias.


El sistema inmunitario se ve debilitado en aquellas ocasiones en las que tiene que hacer frente a muchos ataques externos de forma simultánea, como ocurre en los cambios de estación, especialmente en invierno y primavera, ya que no es sólo por el frío, sino más bien por los cambios bruscos de temperatura a los que exponemos a nuestro cuerpo en estos periodos.


Por otro lado, ante el abuso de antibióticos, nuestro sistema inmune pierde efectividad porque éstos acaban afectando a la flora intestinal.


Las bacterias se vuelven muy resistentes a los antibióticos y hay que cambiar de antibiótico o aumentar la dosis. Esto provoca un ataque a nuestra flora intestinal, por lo que debilitamos  nuestro sistema inmunitario, entrando en un círculo vicioso del que cuesta mucho salir. De ahí que la prevención sea tan vital para reforzar nuestras defensas.


La alimentación y el sistema inmune

Una alimentación inadecuada puede contribuir a debilitar nuestras defensas. Un déficit de vitaminas y minerales puede causar fallos defensivos en nuestro organismo y propiciar la aparición de enfermedades.


Entre las principales vitaminas que deben estar en nuestra mesa en estas fechas podemos citar:

Vitaminas del grupo B
Vitamina A
Vitamina C


Así como los minerales, especialmente:

Cobre
Hierro
Zinc
Selenio


Para garantizar un correcto aporte de estos elementos, lo ideal es llevar una dieta variada y equilibrada, basada en alimentos de temporada y, a ser posible, de cultivo ecológico.


Algunos alimentos, como el polen o la jalea real, son especialmente ricos en vitaminas y minerales, por lo que podemos tomarlos como complemento de nuestra alimentación de cara a fortalecer nuestras defensas.


Las pautas de sueño

Dormir es una actividad fundamental para que nuestro organismo pueda reparar los daños celulares sufridos durante el día. El sistema inmune también necesita del descanso nocturno para recuperarse.


Por tanto, si no queremos comprometer nuestro sistema inmunitario durante el periodo invernal, es necesario que tengamos unas correctas pautas de sueño, evitando trasnochar y durmiendo entre 6 y 8 horas diarias.


Naturopatía y sistema inmunitario

La naturaleza nos brinda algunas plantas y alimentos que pueden ayudarnos a combatir la bajada de defensas en los cambios de estación:

Reishi
Maca
Propóleo
Polen
Jalea real
Ajo
Uña de gato
Equinácea


Otras pueden ayudar a paliar los síntomas de los resfriados y gripes, tan frecuentes en esta época:

Los llamados antibióticos naturales: equinácea, astrágalo, regaliz, orégano español, etc.


Para activar la sudoración y la actividad de los riñones en procesos febriles, la tila, la cola de caballo, el jengibre o el tomillo pueden resultar valiosos aliados.


Para paliar los dolores de garganta, el propóleo puede resultar de gran ayuda.


Sistema inmunitario y emociones

Nuestras emociones y procesos mentales tienen su reflejo en nuestro sistema inmune. Se ha comprobado que las terminaciones nerviosas están fisiológicamente conectadas a los leucocitos, las células del sistema inmunológico.


De este modo, mantener una actitud positiva puede contribuir a mantener nuestras defensas en buen estado.









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