Cuando el hígado funciona
mal, repercute en todo el organismo, ya que no se eliminan sustancias extrañas
o tóxicas como el alcohol, medicamentos, etc.
EN NAVIDADES CUIDA TU HIGADO
El hígado es el gran laboratorio del cuerpo humano. Millones de reacciones químicas tienen lugar en él cada día. Es la mayor víscera del cuerpo. Su peso, alrededor de 1.5 kgs, habla de su importancia para mantener el metabolismo equilibrado.
Se sitúa
en la parte superior derecha de la cavidad abdominal. Con forma de cuña, las
funciones básicas del hígado son tres: transformación de unos principios
nutritivos en otros azúcares, proteínas, grasa, etc., la producción de la
bilis, necesaria para la digestión de las grasas, y la desintoxicación de la sangre
neutralizando y eliminando las numerosas sustancias extrañas o tóxicas que
pueda contener como medicamentos, alcohol, etc. Es por este motivo que su mal
funcionamiento repercute en todo el organismo.
Cuando
eso sucede, como es el caso de los días que vendrán con las fiestas de Navidad,
debemos cuidar la dieta, abusando lo menos posible del marisco, alcohol, etc. Podemos ayudarnos en plan preventivo o para
solucionar problemas de no mucha envergadura con algunas plantas medicinales.
Podemos
diferenciar dos tipos de plantas. Por un lado están las coleréticas y
colagogas. Las primeras estimulan la formación de bilis en el hígado, lo
descongestionan y favorecen la digestión. Las segundas facilitan el vaciado de
la bilis desde la vesícula al duodeno, mejorando el correcto funcionamiento del
sistema biliar. Se utilizan en caso de disquinesia biliar, vesícula perezosa,
dispepsias biliares y colelitiasis ,cálculos o arenillas en la vesícula.
Otro
grupo de plantas son las protectoras, usadas cuando existe lesión o insuficiencia
hepática. Protegen al hígado de la acción destructora de elementos tóxicos. Se
suelen utilizar para suprimir la formación y absorción de sustancias tóxicas.
CARDO
MARIANO
Popularmente
conocido como cardo borriquero. Su principal cualidad es su capacidad para
regenerar las células hepáticas. La Silimarina es su principal componente. Los
resultados de numerosos estudios indican que esta sustancia, presente en las
semillas, actúa como un potente antioxidante en las células hepáticas. Las protege de los
daños causados por los radicales libres, y aumenta su capacidad para
regenerarse mediante la producción de nuevas células saludables - estimula la
síntesis de proteína -. Mejora la capacidad de la glándula para eliminar
toxinas.
Es de utilidad en la
terapia de la cirrosis, hepatitis crónica, o la degeneración grasa del hígado.
Su falta de toxicidad hace que se pueda utilizar durante largo tiempo. La mejor
forma de utilizarla es tomando cápsulas o comprimidos de extracto seco, junto
con la planta micronizada.
Varios laboratorios la
tienen envasada de esta forma. Además consigue que aumente la síntesis
proteica, lo que favorece los procesos de regeneración. Por este motivo se
recomienda su uso como coadyuvante en la terapia de inflamaciones hepáticas
crónicas y cirrosis, así como en daños hepáticos de origen tóxico.
ALCACHOFA
Clásica
para la terapia de disfunciones hepatobiliares y digestivas. Sus principios
activos, concentrados sobre todo en las hojas, son la cinarina - principio
amargo - y unos flavonoides derivados de la luteína.
Investigaciones
llevadas a cabo en los últimos años han demostrado que en dosis adecuadas la
alcachofa es capaz de disminuir los niveles plasmáticos de lípidos y de ejercer
un importante efecto hepato-protector, probablemente debido a sus propiedades
antioxidantes. Esta acción es debida a la acción captadora de los radicales libres
que producen la oxidación celular.
Las hojas
de Boldo se utilizan en caso de disfunciones hepato-biliares. Cuando existen
piedras en la vesícula alivia las molestias digestivas y la sensación de
distensión después de las comidas típicas de las navidades. No hay que
confundir: el Boldo no es capaz de deshacer los cálculos biliares ni de
provocar su expulsión. Si se ha comprobado que produce cambios en la
composición química y en las propiedades físicas de la bilis. De este modo la
hace más fluida y con menor tendencia a la formación de piedras. Impide que la
bilis precipite y se formen nuevos cálculos o aumente el tamaño de los que ya
existen. Está contraindicado en caso de obstrucción de las vías biliares.
DIENTE DE LEON
Esta
planta, tan común en los campos españoles, tiene propiedades muy beneficiosas
tanto para el hígado como para la vesícula.
Es un
excelente depurativo. Drenador hepato-renal. Se utiliza la raíz. Tiene
efecto colerético, esta comprobado que demuestran el aumento de la secreción de
la bilis hasta llegar a triplicarla. Descongestiona así el hígado y facilita su
función de desintoxicación. Funciona muy bien en casos de disquinesia - vesícula
perezosa - y otros trastornos de su funcionamiento.
Con estas
tres plantas tenemos recursos suficientes para proceder a normalizar las
funciones hepáticas y de la vesícula alteradas por los posibles abusos de estas
fiestas.
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