El tipo de
alimentación podría aumentar las posibilidades de lograr un embarazo, según se
constata en un estudio elaborado con 2.000 mujeres de 20 a 45 años, que
demuestra sus beneficios en casos con dificultades para concebir.
El estudio ha
sido elaborado por el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública y el
Instituto Cultural y Sociedad de la Universidad de Navarra, bajo la
coordinación de Jokin de Irala,
catedrático de Medicina Preventiva.
El estudio
concluyó que las mujeres que siguieron el patrón de dieta Mediterránea tenían
menos dificultades para lograr el embarazo que las que siguieron el patrón de
dieta Occidental.
El patrón de la dieta Occidental incluye alto consumo en
carnes rojas, bollería, comida rápida, lácteos enteros, repostería industrial,
huevos, patatas, cereales refinados, salsas preparadas, comidas procesadas y
refrescos azucarados.
El patrón de dieta Mediterránea incluye un elevado
consumo de aceite de oliva virgen, verduras, pescados, frutas y carnes de ave
en lugar de las rojas, así como un mayor consumo de lácteos bajos en grasas.
Tras haber hecho
el seguimiento de las mujeres que intervinieron en el estudio durante 6 meses y
medio, los especialistas definieron que las mujeres con mayor adhesión al
patrón de la dieta Mediterránea habían presentado una probabilidad del 44%
menor de consultas al médico por tener dificultad para quedarse embarazadas.
Cabe señalar que
los problemas de fertilidad tanto pueden ser masculinos como femeninos, desde
trastornos psicológicos, a trastornos en la ovulación, alteraciones de las
trompas, trastornos en el esperma etc. El estilo de vida es otro factor que
puede afectar a la fertilidad, el consumo de tabaco, alcohol, la cafeína, el
sedentarismo entre otros factores.
Con este estudio
se constata una vez más la importancia de seguir el patrón de la Dieta Mediterránea como sinónimo de
salud y bienestar general.
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